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viernes, 1 de abril de 2016

OBISPO GOIC REPLANTEA UN SUELDO MINIMO ETICO DE 400 MIL PESOS


El obispo de Rancagua afirmó que el sueldo ético debiera acercarse a los $ 400 mil, pues los actuales $ 250 mil “se quedaron cortos”. Nuestro colectivo plantea que desde éste año tal salario mínimo debiera ser de, al menos, $ 422 mil  

Cinco kilos de arroz, algunos paquetes de tallarines, dos litros de aceite y tres kilos de azúcar, además de otros productos para la casa, pueden sumar, en el supermercado, una cuenta promedio de $ 150 mil al mes, en la medida que se escojan las ofertas más convenientes. La lista sigue con un gasto de entre $ 30 mil y $50 mil en transporte; cerca de $ 150 mil en vivienda y otros costos asociados a salud, educación y eventuales emergencias, que, en el mejor de los casos, podrían sumar alrededor de $ 80 mil.” Así comienza la crónica de La Tercera, del viernes 1º, en donde se abordan los dichos de Goic y su análisis sobre lo paupérrimo del Sueldo Mínimo (SM) actual que reciben millones de trabajador@s chilen@s.

El obispo de Rancagua y vicepresidente de la Conferencia Episcopal, considera aquel potencial escenario de una familia de cuatro personas para sugerir un reajuste al salario ético -o SM- que actualmente rige en Chile, fijado en unos míseros $ 250 mil. A su juicio, este año la cifra debiera aumentar en un 60%, a $ 400 mil. Fue justamente Goic quien en 2007 propuso que el mínimo fuera de $ 250 mil; es decir, el valor que sólo se alcanzó 9 años después.

“Si uno aplica el IPC y todas las alzas, ya se quedaron cortos los $ 250 mil”, señaló el prelado, en una entrevista que hoy publica el periódico Encuentro, del Arzobispado de Santiago. En el artículo, Goic plantea que, “cerca de $ 400 mil debería ser el nuevo sueldo ético, según el alza de la vida en estos casi diez años”.

En 2007, su propuesta fue criticada por la mayor parte del empresariado y por la derecha (¡era que no!), ya que en esa oportunidad la discusión se vinculó a la posibilidad de reajustar el SM, el que apenas llegó a rozar los $ 150 mil. Tampoco resulta extraño que, en ésta ocasión, nuevamente esos reaccionarios sectores levanten sus críticas a la respetable idea del obispo Goic. Existe demasiada codicia y exclusión en ellos como para soltar prenda tan fácilmente.  

Propuesta de Sueldo Mínimo del CAD

Durante 2015, nos pudimos informar sobre las precarias condiciones de vida en que viven millones de chilenos/as de la clase trabajadora, realidad que se profundiza y extiende en una formación en la cual el capital monopólico-financiero se “hace la América”.

En agosto pasado, Fundación Sol mediante, supimos que uno de cada 4 trabajadores tienen un salario igual o menor al Sueldo Mínimo (SM). De acuerdo con la fuente de tal reporte, del total de todas las categorías ocupacionales (asalariados, cuenta propia y empleadores), 1.681.213 personas ganan el SM o menos; es decir, un 24,5 % del total.

Para realizar este estudio, se trabajó con los datos de la Encuesta de Caracterización Socioeconómica Nacional (Casen) del año 2013, del Ministerio de Desarrollo Social (MIDESO), con el respectivo SM de esa época, el que alcanzaba los $ 210.000.

En tanto, al considerar la totalidad de trabajadores dependientes que se desempeñan en el sector privado (servicio doméstico y asalariados de empresas externas en el sector público), se registran 1.086.162 personas que ganan el SM o menos y, de ellos, 431.917 ni siquiera recibe la gratificación legal.

Desde el 1° de enero pasado, el SM pasó a ser de $ 250 mil. Si comparamos tal valor con el de 2013, cuando se efectuó el estudio mencionado, obtenemos que la mejora salarial en el período se acerca al 19%. Si consideráramos el IPC como único deflactor, concediéndole además el beneficio de la duda sobre lo acertado de su cálculo, la inflación en estos tres años suma un 12%, con lo que nos quedaría al menos un remanente de un 7% del mezquino incremento del SM. Pero, como nada en nuestra formación puede ser tan fantástico para los ‘de abajo’, si nos atenemos a lo ocurrido en dicho lapso con la inflación real, que debe bordear el 25%, obviamente no sólo el famoso SM ha perdido todo su valor, sino que los salarios de los/as chilenos/as en general. Sólo tómese en cuenta el pan, un artículo de primera necesidad, el que pasó de costar $ 990 el kilo en septiembre de 2013 a $1.210 en noviembre pasado, incrementando su valor en un ¡22%! Claro, se puede alegar que la inflación del bendito pan afecta sólo a los hogares de menores ingresos, pero resulta que es en estos en donde se percibe y sufre el miserable ‘costo salarial mínimo’ (y más allá).

Nos podrían alegar que una cosa es el salario mínimo y otra son los ingresos en general; o sea, ¡no seamos fijados! No obstante, debiéramos decirles que en el apartado Trabajo de la mentada Casen 2013 se puede apreciar que el ingreso por concepto del trabajo (cuadro 3.1), según promedio mensual de la ocupación principal por decil, pasó de $1.113.735 a $1.258.684 entre 2011-2013 para el decil más rico, mientras que el ingreso mensual del decil más pobre pasó apenas de $92.947 a $107.871, en igual período. En resumen, los más pobres en Chile ganan casi 12 veces menos que los más ricos.

Aportemos que luego de 25 años (hasta 2014), en que la formación ha presentado una tasa de crecimiento económico promedio anual por sobre el 5%, el 70% de los trabajadores chilenos gana menos de $400.000, monto que bajo los estándares del Chile actual, donde el costo de la vida se parece cada vez más a un país europeo, no sólo resulta insuficiente, sino que también prohibitivo hasta para participar en la vida política nacional (si no se es cercano a Penta, SQM u otras empresas rateras). Pero, en lo principal, si consideramos que un trabajador lleva a su casa esos $400 mil, los 4 habitantes promedio de ese hogar tendrán un ingreso de $100 mil; es decir, en palabras de los tecnócratas del MIDESO -que arriesgaron una nueva metodología para definir la línea de pobreza-, el 70% de los hogares chilenos se encuentra malviviendo apenas un 9% por sobre la línea que los sindicaría como de una moderna pobreza “multidimensional” ($361.310); ¿Qué tal? Dicha precariedad económica podría explicar el desastre que ocurre en el común de las familias cuando deben enfrentarse a la cesantía, la enfermedad, la educación de los hijos, el alza y los vencimientos de las deudas comerciales, etc. De hecho, durante 2015 aumentaron en un 13% los morosos, con gran incidencia de nuevos morosos y acrecentando su nivel de endeudamiento los adultos mayores. Sin embargo, los áulicos del capital monopolista achacan esto “a la alicaída actividad económica” y no a los bajos sueldos vigentes, escamoteando así una de las principales formas de explotación indirecta de la clase trabajadora.  

Si de verdad el SM fuese lo ‘mínimo’ como para reproducir la fuerza de trabajo, debiera tener un valor igual o superior a la actual línea de pobreza, que el MIDESO, dentro de un modelo “multidimensional”, coloca en $ 361.310 para una familia de 4 integrantes (p 13). Creemos que esta última estimación, con todo lo sesgada que pueda ser, representa un primer acercamiento a la necesidad que el SM exprese de verdad unas condiciones adecuadas de vida para los trabajadores.

De hecho, en Europa y en línea con lograr cubrir socialmente las necesidades básicas y de seguridad y protección, se está levantando una campaña por la implementación de una Renta Básica. Esta es, en pocas palabras, “Una asignación monetaria incondicional para toda la población. Un dinero que el Estado pagaría cada mes a todos los ciudadanos y residentes acreditados, sólo por serlo.” No obstante, su financiamiento no es sencillo: “a través de una profunda reforma fiscal y del ahorro derivado de la supresión de subvenciones y subsidios públicos que pasarían a ser innecesarios, podría financiarse una Renta Básica para toda la población adulta de España de unos 7.500 euros al año” (negritas en el original). O sea, hablamos de unos $ 5,8 millones -al 24/01/16- anuales, o $ 482.892 mensuales, lo cual nos parece más adecuado para empezar a hablar de SM –que denominaremos SM1-.  

Con todo, a un nuevo y mejorado SM1, que creemos debe tener un valor entre la línea de pobreza del MIDESO y la Renta Básica arriba aludida (a la espera que acá realicemos un más acertado cálculo del umbral de la pobreza), se le debiera agregar, anualmente, el nivel del crecimiento económico nacional, excedente del que solamente ha venido echando mano el empresariado. Así, si la economía en Chile, medida como PIB, creció un 290% entre 2001 y 2013 (INE-BCC), ese mismo monto debiera haberse agregado al incremento del SM y debiera seguir haciéndose en lo porvenir (en aquel período, el SM creció apenas un 35%).

Raya para la suma, el salario mínimo en Chile debiera ser, al menos, de $ 422.101 (promedio LP-MIDESO y RB) y a este se debiera, en adelante y anualmente, sumar los porcentajes del costo de la vida y del crecimiento económico.

¡Que la Historia Nos Aclare el Pensamiento!
¡Sólo la Lucha y la Unidad Nos Harán Libres!

Colectivo Acción Directa CAD –Chile
Abril 1 de 2016

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