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martes, 24 de abril de 2018

MIR REARTICULACION ANTE UN LLAMADO A PROSEGUIR EL CAMINO ELECTORAL: OTRA ES LA SENDA A RECORRER


A CONSTRUIR EL CAMINO PROPIO DE LA FUERZA SOCIAL POR LOS CAMBIOS FUNDAMENTALES. NI A UN METRO DE LAS ELECCIONES Y DE LOS PIJES JULEROS DEL FRENTE AMPLIO TIRADOS A POPULARES

“Trabajan, sobre los sectores más vacilantes de la izquierda…”
-Miguel Enríquez E.

Apenas han pasado unos meses desde las últimas elecciones, en donde el bloque en el poder (conjunto de las fracciones de la clase dominante) puso orden en su fundo y definió qué coalición política del bloque político de Estado ha de dirigir el gobierno por 4 años. En dicho proceso electoral salió victoriosa la abstención, además de los votos nulos y blancos. Más del 50% de los que pueden votar ya no confían en las elecciones como un mecanismo eficaz para solucionar el cumulo de demandas sociales existentes. Pese a lo anterior, se insiste en la vía electoral y se intenta darle un carácter revolucionario a un acto que sólo otorga legitimidad a una institucionalidad generada con la sangre de miles.

Señalar de inmediato que esa cantidad de abstención no es sinónimo de fuerza social por los cambios radicales. Múltiples, diversos, variados, son las causas de que millones no voten en Chile. Cada quién podrá opinar al respecto. Una de las principales tareas del período es sumar esa fuerza para cuestionar directamente a la dominación.

Sin embargo, sostenemos que bien otro es el camino que nos debe llevar a superar la dictadura del capital (que se arropó de uniformes entre 1973 a 1989 y de civiles desde 1990 hasta hoy).  Y en eso andamos.  Rearticulando las fuerzas, avanzando desde las más simples acciones teniendo como Sur la destrucción del actual sistema de dominación.  A la refundación social capitalista hemos de oponer desde ya la refundación social socialista.  Otra de las tareas del período será levantar una constante y permanente campaña de agitación y propaganda de las ideas y propuestas de cambio social concreto, avanzando tras todas las demandas sociales y populares.

La rearticulación de la Izquierda Revolucionaria ha de ocupar todos los medios posibles para desplegar las ideas de la transformación profunda de las actuales condiciones de vida.  Esa será la principal tarea de este período: generar fuerza social para avanzar a las tareas superiores. Como punto nodal, como centro estratégico: la definición de que el camino electoral sólo sirve a los intereses históricos del conjunto de la patronal.

Un texto para meditar

A días de un nuevo Primero de Mayo, a meses de la instalación de un representante directo del bloque en el poder en el ejecutivo, a meses del fracaso del putrefacto circo electoral, se emite un documento, denominado “Levantar la alternativa de los trabajadores y los pueblos de chile.”, firmado por ukamau e izar, que se puede ver a continuación del presente análisis.

Consideramos que es importante dar lectura al citado documento, al cual haremos algunos alcances:

1.- El párrafo 1 del documento es un verdadero quebradero de cabeza teórico. Es como si se hubiese intentado comenzar con algo rimbombante, con fuegos de artificio, con frases decisivas.
Sin embargo, aquello del bloque histórico se lo dejamos a Gramsci, para que él lo pueda explicar. Donde no salimos del asombro es aquello de, “la superestructura económica que sustenta sus cimientos…”.  Tal vez se debiese recurrir al “joven Marx” o al “Marx maduro” o quizá al “niño Marx”, aunque incluso en todo Manual de marxismo se enseña que la infraestructura corresponde a lo económico y desde ahí surge la superestructura jurídico-política. 
Claro que esto no es lo fundamental. Lo fundamental es que el documento intenta expresar o explicar que los de arriba pasan por una crisis de legitimidad: Extenso sería abordar este punto. Sólo diremos que concurrir a votar es precisamente otorgar legitimidad a la dominación y por otro lado, es importante comprender que podemos repetir un millón de veces que el sistema está en crisis, pero sólo estaremos ante una verdadera crisis nacional cuando “los de arriba ya no puedan seguir viviendo como lo hacían hasta ese momento”, aspecto que se ve muy lejano en el actual escenario.

2.- Luego el documento inserta el pie forzado, señalando que la contradicción fundamental del período es “Capitalismo neoliberal versus Pueblo”. He aquí como después se justifica el camino electoral como un ámbito de lucha, rematando en una propuesta política que comentaremos más adelante.  Abundando en el pie forzado del documento, se agrega otra contradicción: “Institucionalidad neoliberal versus Democracia Plena”.

Antes de expresar nuestra opinión al respecto señalar que distinta será la estrategia y táctica de lucha a aplicar según cómo definamos la contradicción principal del período. 

Nuestra visión con relación a la contradicción principal del período

En las formaciones sociales dividas en clases, como la nuestra, varias son las contradicciones político-sociales y también económicas que agitan las aguas de la lucha política, de las prácticas políticas. Asimismo, diversos son los ámbitos de impacto que se suscitan entre aquellas y el conjunto del sistema capitalista mundial y entre todas las formaciones que integran -desigual y combinadamente- tal sistema. No obstante, en un período de variable duración y dependiendo del contexto del combate clasista, una de las contradicciones dentro de los diversos niveles mencionados pasa a ser la principal; la madre de todas las guerras.
Llegar a definir en pocas palabras la contradicción principal político-social que -evidente u ocultamente- mejor interpreta la pugna primera entre las fuerzas políticas en la guerra encubierta que es la lucha de clases, resulta de vital importancia para l@s revolucionari@s. Ello, por cuanto sirve como una herramienta, una guía, un rasero, una luz que ilumina el largo y escarpado camino que ell@s deben recorrer hacia la victoria.   
Tal enunciado debe surgir del análisis de la realidad concreta y la proyección sobre cuáles son o serán, en definitiva, los dos grandes bloques sociales cuyo enfrentamiento determina el carácter del período y el futuro de la lucha de clases, más allá de la coyuntura; quienes les apoyan, podrían hacerlo o se mantendrían neutrales. Coadyuva, asimismo, a identificar cuáles fuerzas tendrán, en determinados momentos y períodos, una mayor importancia y cuáles serán auxiliares. En adición, permite a los sectores del cambio social más profundo saber qué tipo y formas de lucha tienen preeminencia y hacia dónde apuntar los dardos en contra de nuestro enemigo.
Sabemos, por experiencia y formación, que en las formaciones clasistas modernas es el modo de producción capitalista: lo económico o la estructura, el que definirá -en última y sólo en última instancia- los demás niveles y esferas de la superestructura: lo jurídico-político y lo ideológico. No obstante, es el patrón de acumulación capitalista, impuesto por la burguesía (traduciendo internamente su adscripción dependiente del centro capitalista mundial) a las demás clases, ya sea por las buenas –acuerdo interclasista, por ej. ISI- o por las malas –como el que está en curso desde el 11/9/73-, el que plasmará de forma explícita ese modo de producción.
Ahora bien, como en nuestra formación social el patrón de acumulación capitalista es el primario (o extractivista, como le llaman algunos) exportador con ventajas comparativas, uno que es altamente explotador de la fuerza laboral y destructor del medio natural y social, además de súper-excluyente y discriminador, podemos extraer que la contradicción principal pasa por el enfrentamiento que se entabla –de una parte- por una minoría que se beneficia directamente de ese modelo de explotación, el conjunto de la burguesía, pero no debemos olvidar que la hegemonía dentro de ésta la detenta su fracción monopólico-financiera, siendo por tanto la principal aprovechada del orden vigente; quienes los representan y/o respaldan en la arena de la política –la derecha y los medios de comunicación de ésta índole-; aquellos que les mantienen y ayudan a reproducir aquel modelo –las fuerzas políticas y sociales que dan vida a la Concertación/Nueva Mayoría; y la “columna vertebral” del sistema de dominación burguesa, cuales son las FF.AA. y de orden. De otra parte, tenemos a millones de trabajador@s explotad@s sin más, con contrato o sin él, con trabajo estable o no, apatronados o por ‘cuenta propia’; a los cientos de miles de pobres del campo y las ciudades; a los sectores más claros de los cerca de 550 mil cesantes; a los pequeños campesinos, propiamente tales o que están obligados a proletarizarse o semiproletarizarse; a cientos de miles de estudiantes conscientes de su rol transformador social; a los pueblos originarios en pie de lucha, especialmente a las comunidades del Wallmapu; a los jóvenes pobladores, allegados o endeudados, que demandan mejores expectativas para ellos y sus familias en tanto ven coartadas sus posibilidades educacionales y laborales; a los movimientos de mujeres que reclaman libertad, igualdad y fin a la discriminación y la violencia de todo tipo; a las organizaciones LGTBI más comprometidas políticamente; a las comunidades sociales locales y a veces zonales, que ven afectados sus hábitats y formas de vida a causa de la expoliación y los efectos adversos del patrón de acumulación capitalista –se den cuenta de ello o no; a vastos sectores de la pequeña y mediana burguesía, que ven mermadas sus posibilidades de desarrollo al estar apremiados por deudas y falta de apoyo crediticio, por la dañina competencia de los grandes monopolios y un mercado interno pauperizado; etc.      

En suma, pensamos que la contradicción principal en nuestra formación pasa por quienes se benefician, avalan y dan sostén al capital monopólico-financiero y su infame patrón explotador y depredador, y las fuerzas político-sociales de los pueblos y l@s trabajador@s de Chile. En una palabra: capital monopólico VERSUS pueblos y trabajadores.


La contradicción político-social principal en el contexto de la lucha de clases en Chile

1973-1990: Luego del 11 de septiembre de 1973 y hasta 1990, la contradicción principal en la formación social chilena fue claramente Pueblo-dictadura militar. 
Sin embargo, dicha contradicción principal, acuciante, inmediata, permitió ocultar la contradicción principal real, es decir, por una parte la fracción monopólico-financiera (fracción más dinámica del bloque en el poder) y por otro el Pueblo.  Incluso se debe decir algo sobre este último binomio.

A.-) Así, la fracción monopólico-financiera, desde fines de 1974 impuso su diseño de Proyecto Nacional al resto de las fracciones de la burguesía.  De hecho, la gran mayoría de la Izquierda en el mismo período señaló que la junta de gobierno no era más que la junta de gobierno de la fracción monopólico-financiera. Con todo, la contradicción principal era “vista”, “sentida”, por la presencia de las FF.AA. en las nuevas formas estatales de dominación, que tomó la forma de dictadura militar. Incluso, se llegó a confundir el Poder con la presencia de los 4 pinganillas.

B.-) El Pueblo, se podía atisbar como algo monolítico, sólo dividido entre una oposición burguesa y una oposición revolucionaria.  En dicho período no existía la fragmentación actual de la Izquierda en donde según cifras del mismo Estado, después de 1990 se aprecian más de 80 mil Organizaciones (muchas de ellas con 2 ó 3 integrantes).  En dicho periodo no tenían impacto expresiones políticas y sociales que hoy sí tienen presencia, después de 1990, y producto de la Segunda Derrota del Movimiento Popular ocurrida desde 1986 encontraron espacio para instalarse.

Forzoso es señalar que en ningún momento el patrón de acumulación instalado desde el mismo 11 de septiembre de 1973 fue liberal y por ello no pudo derivar o llamársele neoliberal.  Esa caracterización comienza a ser utilizada desde 1984 por parte de sectores de Izquierda que ya comienzan a evidenciar su disposición derrotista y a bregar por la salida política burguesa que se inicia en 1986 y cristaliza en 1990.  Luego de 1990, todo lo que se movía, todo lo que era negativo, era motejado de neoliberal, algo así como antes de 1990 todo era culpa del dictador.

Sabemos que hablar de neoliberalismo es hablar de algo inexistente y que además encubre la verdadera contradicción principal, es decir, la hegemonía de la burguesía monopólico-financiera, en suma, de la burguesía capitalista.

1990-2017: Entre 1990-2017 pensamos que la contradicción principal en nuestra formación pasa por quienes se benefician, avalan y dan sostén al capital monopólico-financiero y su infame patrón explotador y depredador, y las fuerzas político-sociales de los pueblos y l@s trabajador@s de Chile. En una palabra: Capital Monopólico vs Pueblos y Trabajadores, como ya se expuso más arriba.

Sin embargo, es difícil que esta caracterización pueda ser asumida no sólo por el conjunto de los Pueblos y los Trabajadores, sino que además por sus expresiones políticas y sociales.

Lo anterior, debido a dos factores: Primero, la segunda derrota del movimiento popular que se inicia en 1986 y que se arrastra hasta el momento.  En segundo lugar, la cristalización de la refundación social burguesa, la cual es parte del diseño de Proyecto Nacional que ya había configurado la fracción de la burguesía monopólico-financiera desde fines de 1974. Ambos procesos calaron hondo en la formación social y se suman los efectos concretos en el conjunto de la Izquierda anticapitalista, sumida en la fragmentación y afectada, todavía, en un sector que confía en las elecciones como motor del cambio social profundo.

Vivimos la más feroz de las dictaduras de la burguesía. La labor de los revolucionarios es evidenciar dicha hegemonía. Por ello, se vuelve imprescindible comenzar a unir a quienes quieren seguir luchando, levantar demandas sociales y populares que apunten a los niveles de vida de millones para ir generando fuerza social. Para 2018, el MIR Rearticulación está planteando luchar por un sueldo mínimo de $464.000.

3.- Sobre el FRENTE AMPLIO, sólo diremos: DE TE FABULA NARRATUR, de tí la historia ya está contada.


SÓLO LA LUCHA NOS HARÁ LIBRES

MIR REARTICULACIÓN
24 de abril, 2018


 El texto de Ukamau-Izar:

Levantar la alternativa de los trabajadores y los pueblos de Chile

El bloque histórico de las clases dominantes en Chile y la superestructura económica que sustenta sus cimientos, se encuentra en medio de una crisis de legitimidad. En la medida que el proceso ha sido exitoso desde el punto de vista macro económico, dicho éxito solo ha sido para los poderosos, acrecentando esta crisis hacia el resto de la sociedad.
El crecimiento económico y el éxito de los grandes grupos económicos y transnacionales, es inversamente proporcional al bienestar de la mayoría de los trabajadores y el conjunto del pueblo. Y eso no se puede “mejorar”: el neoliberalismo funciona así. Año a año, las mineras se expanden con nuevos proyectos contaminando nuestra tierra, las empresas pesqueras y salmoneras arruinan nuestro mar y su biodiversidad, los procesos industriales secan nuestros ríos y las AFP, inmobiliarias e instituciones educacionales privadas lucran con los que deberían ser nuestros derechos.
Esta es la contradicción fundamental del período de estabilización de la lucha de clases: Capitalismo Neoliberal versus Pueblo.
Conflicto o contradicción que surge y se profundiza día a día en la esfera de la producción material, y que explica la progresiva pérdida de hegemonía y legitimidad del régimen político.
Sin embargo, la expresión política de este conflicto fundamental se encuentra bloqueada.
Frente a esto, se han levantado caminos alternativos a este bloqueo, en conflictos o contradicciones secundarias, como el descontento, principalmente de las capas medias; la movilización de muchas poblaciones por la defensa de sus condiciones de vida, y también, la lucha por educación de los jóvenes, sobre todo de los más pobres y endeudados, lo que ha lanzado a estos por miles a las calles durante los últimos años.
Estos tres conflictos, al desarrollarse, han derivado en una cuarta contradicción, que es la expresión principal, en este momento de desarrollo de la situación política, de la contradicción fundamental entre capitalismo neoliberal y pueblo: Institucionalidad neoliberal versus Democracia Plena, que engloba tanto el conflicto o contradicción entre el actual régimen político y la demanda por participación de distintos sectores sociales, así como el conflicto entre las condiciones tremendamente poco equitativas en que operan los grandes grupos económicos frente a la población común y corriente, y los costos que esta última debe pagar en términos de deterioro de sus condiciones de vida.
La resolución de esta contradicción principal, que en última instancia no puede ser resuelta en el capitalismo, en la coyuntura política a favor de los intereses populares –en alianza con otros sectores sociales- es una aproximación indirecta que nos puede permitir atacar, desde la superestructura, por decirlo así, aspectos estratégicos de funcionamiento del neoliberalismo, y remover los cerrojos que dificultan la organización y lucha independiente de los trabajadores.
Los mecanismos que protegen al capitalismo neoliberal también son institucionales y pueden ser removidos, por lo que una ampliación “participativa” de la democracia, a través de representantes legislativos, mecanismos plebiscitarios, actos administrativos o de una Asamblea Constituyente, podría efectivamente derribar algunos de sus pilares de sustentación.
Es por esto que avanzar hacia la convergencia de organizaciones políticas populares como IZAR y Ukamau es un requerimiento histórico.
La construcción de un bloque histórico alternativo.
Surgimos de la experiencia de organización de miles pobladores, a su vez trabajadoras y trabajadores, y de jóvenes estudiantes nacidos de familias trabajadoras a lo largo de todo el país. Somos entonces organizaciones de los pobres urbanos y de los trabajadores precarizados. Ukamau es la expresión de las luchas y organización de trabajadores, en cuanto pobladores, que desde hace décadas vienen en un proceso de articulación. En tanto, IZAR, proviene de las luchas estudiantiles de las primeras década de los dos mil. Ese es nuestro contenido de clase y es la experiencia que podemos aportar, en este momento, como organizaciones y como movimiento social, tanto a la lucha de clases en el país, como a la conformación de este bloque contra-hegemónico.
Si queremos que el sector dominante de este bloque contra-hegemónico sean los trabajadores organizados y el pueblo, debemos entonces comenzar a unir nuestras experiencias y construir un programa de lucha que convoque al conjunto de los sectores populares a luchar.
Izquierda posible. Las alianzas en función del conflicto o contradicción principal, y de la necesidad de construir el bloque contra-hegemónico.
La contradicción o problema, a estas alturas, no es Derecha versus Nueva Mayoría. Eso es un error y forma parte del engaño necesario para seguir manteniendo el régimen político inalterado. Ambas, en alianza estratégica, están juntas en el régimen político, son las coaliciones del duopolio y son las que construyeron esta democracia restringida. Pero, la derecha siempre ha sido minoritaria social y electoralmente, y ese es el problema que ha tenido para gobernar.
El agente político hegemónico de las clases dominantes fue la Concertación. Fue ella la que ideológicamente subordinó a los trabajadores y a los sectores populares al proyecto histórico del capitalismo neoliberal -por ello logró gobernar más tiempo que la misma dictadura-, y es por ello que sigue siendo el principal factor de estabilidad del régimen político.
Sin embargo, las contradicciones propias del neoliberalismo y las luchas emprendidas por nuestro pueblo han provocado la pérdida relativa de la base social a la Concertación, de pilar en el pacto PS-DC, con notoria expresión electoral en las últimas elecciones y en los miles de chilenos que regularmente colman las calles de nuestro país.
Es por ello que la derecha busca una reformulación de la institucionalidad neoliberal dentro de sus marcos. Buscan un reoxigenar del acuerdo nacional mediante un reacomodo del pacto de gobernabilidad. Ya han hablado de un "gran acuerdo nacional económico", además de la reforma a la extensión de los años de duración presidencial y la cantidad de representantes en el Congreso. Esto, claramente solo maquilla la constitución del 80', quitándole la firma de Lagos, que hizo modificaciones el 2005. En general, esto busca según su análisis, compartido en parte por la Nueva Mayoría, que haciendo estas modificaciones se podrá recuperar parte de la legitimidad social perdida en los años de la transición, además de preservar cuidadosamente la estructura institucional antidemocrática del neoliberalismo.
Ahora, uno de los primeros pasos para contribuir a la crisis de la Nueva Mayoría, a su colapso y a su división, es construir una alternativa electoral por fuera de ella, que permita y tensione el corrimiento de las fuerza efectivas de izquierda que buscaron una alternativa en ella, pero no encontraron el anidamiento de honestidad política y estratégica necesaria. Alternativa electoral, que debe formar parte de la construcción del bloque contra-hegemónico. Esta Alternativa es el Frente Amplio.
Esto implica fortalecer el Frente Amplio, que logre agrupar a todos aquellos movimientos ciudadanos, asamblearios, humanistas, ecologistas, marxistas, progresistas y revolucionarios que están comprometidos con una reforma profunda al régimen político, cuyo carácter sea anti-neoliberal y democrático. El Frente Amplio debe traducirse tanto en fuerza social en las calles, a la vez que también en una fuerza electoral. El Frente Amplio indudablemente va a tener contradicciones en su interior, pero se debe construir a partir de los acuerdos comunes, que no son pocos a estas alturas. Al interior del Frente Amplio debemos construir la izquierda posible identificada con los ideales del socialismo y que claramente aspire a transformar profundamente el orden actual, siendo protagonistas los pobres de la ciudad, los trabajadores y sectores medios empobrecidos.
El camino propio o circunscrito exclusivamente a los trabajadores y sectores populares puede ser atractivo, pero es sectario e inviable electoralmente.
Debemos dejar claro cuál es nuestro camino y nuestro proyecto y dar la lucha ideológica al interior del Frente Amplio, para ganar a otros sectores a nuestras posiciones y nuestras propuestas; la Izquierda Posible.
Es en este contexto que tiene sentido y viabilidad la confluencia política de nuestras organizaciones. De lo contrario, cualquier iniciativa de reformas políticas parciales se realizará sólo con los actores que actualmente participan del régimen político.
Esto lo planteamos en el entendido de que un bloque contra-hegemónico deberá incorporar necesariamente, en la coyuntura actual, expresiones políticas representativas de los sectores perjudicados por el neoliberalismo: Trabajadores, pobladores, mujeres, estudiantes, etc. Sí. Pero también clases medias e incluso sectores empresariales no monopólicos, los que de igual modo son discriminados en el acceso a los bienes, a los servicios y a la calidad de vida que demanda una sociedad justa y necesaria.
Por otro lado, no habrá unidad ni alianzas posibles si no se basa en la construcción conjunta de un programa. Un proceso de construcción colectiva es una herramienta del trabajo de alianzas, y puntualmente es en el tema de pobladores y estudiantes populares que podemos aportar y lograr que otros sectores hagan suyos también nuestros puntos de vista.
Nuestro llamado entonces es abierto al conjunto de la dispersa izquierda revolucionaria. Avancemos desde nuestros puntos de acuerdo y en los tiempos propios de cada organización al necesario proceso de convergencia de nuestro sector. Sabemos que el camino es largo, pero la necesidad de nuestro pueblo y las posibilidades del momento político exige de los revolucionarios saber resolver los obstáculos y avanzar hacia la unidad. Es en las calles, con los trabajadores, pobladores y estudiantes, con las mujeres, los pueblos originarios y las más diversas luchas de nuestro pueblo donde nos encontraremos.
La convergencia de los revolucionarios la hacemos en las Calles!
Izquierda Anticapitalista Revolucionaria - IZAR

Ukamau

Abril 2018

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